Las ayudas técnicas en casa, proporcionan seguridad y comodidad a las personas con movilidad reducida.
Tener a personas con movilidad reducida en casa exige importantes adecuaciones en sus estructuras para garantizar que esa persona reciba las mejores atenciones, viva cómodamente y se pueda manejar con la mayor autonomía. Por supuesto, otro objetivo esencial es prevenir los accidentes. Desde la entrada y hasta el interior, toda la vivienda puede ser adaptada para la persona con movilidad reducida bien sea por su avanzada edad o por una convalecencia que se prevea larga y continuada.
Hoy día es fácil y posible encontrar útiles o ayudas técnicas para la movilidad que faciliten su vida, como, por ejemplo, los andadores o tacatás para adultos, sillas para ducha, sillas inodoro, las camas articuladas, colchones antiescaras o los sillones relax levantapersonas. Estos últimos orientados a procurar el descanso y que el dependiente pueda dormir y descansar bien, y que sus movimientos y los de sus cuidadores necesiten de la menor fuerza posible.
Cómo adaptar el hogar para personas con movilidad reducida
Al salir del hospital, uno está deseando llegar a casa. Pero hay que tener en cuenta las barreras de accesibilidad de las que habitualmente no somos conscientes cuando no las sufrimos nosotros directamente o nuestras personas queridas.
Es fundamental que, al llegar a casa, la persona convaleciente sienta que se encuentra en un entorno confortable, plácido y en el cual sentirse libre, querido y protegido. Si bien es cierto que todo hogar está lleno de peligros (como en el caso de los niños que comienzan a andar y no tienes estabilidad), hay una serie de medidas y útiles que se pueden emplear para acondicionar el espacio en el cual vivirá una persona con movilidad reducida.
- Los accesos a la vivienda: hay que evitar las escaleras. Es necesario colocar rampas. Estas rampas han de ser suaves y con longitud de pendiente corta. Además, hay que colocar asideros y pasamanos.
- Si es necesario, para subir o bajar las escaleras, habrá que colocar plataformas elevadoras o montaescaleras.
- Si hay que subir escaleras, los peldaños deben tener una banda antideslizante de otro color, para alertar a la persona del riesgo y señalizar la escalera.
- Las puertas han de ser amplias, para facilitar el acceso con sillas de ruedas o andadores.
- Los porteros automáticos, buzones, timbres e interruptores de la luz deben estar a baja altura y accesibles.
- En el interior de la vivienda: hay que eliminar muebles que sean inestables y disponer de amplios pasillos, suelo antideslizante, sillas y sillones con apoyabrazos y respaldos, si pueden ser levantapersonas sería ideal, barras de apoyo y asideros en el cuarto de baño y agarraderas en el inodoro. En el caso de personas con poca o nula movilidad, se puede optar por utilizar sillas inodoro, que harán que no sea necesario mover al enfermo un mínimo de veces garantizado al día al baño.
- Es importante contar también con camas articuladas eléctricas, si es necesario con barandillas y mesas altas con las cuales el enfermo pueda comer desde la cama o depositar y coger objetos fácilmente. A la hora de elegir este tipo de camas, es aconsejable valorar que sean camas articuladas o camas de hospital elevables, puesto que garantizan la comodidad y cuidado del convaleciente y de la persona que se encarga de su bienestar.
- A la hora de la higiene personal, conviene optar por la ducha y eliminar la bañera. Las sillas de ducha son otros muebles fundamentales en casa. Nos permitirán por medio de sus ruedas, entrar en la ducha cómodamente y sin peligros, además de tener la opción de incorporar también un inodoro. Aparte, los grifos monomando pueden ser útiles, ya que permiten regular la apertura, el cierre y la salida de agua.
- Es conveniente sustituir los pomos de los cajones por asas y optar por armarios y ventanas con puertas correderas.
Con estos arreglos y útiles en el hogar, la vida será mucho más segura y placentera para personas con movilidad reducida y sus cuidadores.