Dormir en camas con somieres articulados no es solo para personas con movilidad reducida.
Las camas articuladas y somieres articulados, favorecen el descanso y resultan muy cómodas para disfrutar al máximo de nuestro tiempo de ocio.
A veces, vivir en pareja es complicado y dormir en pareja puede ser peor. Algunas noches se desearía un excelente colchón, con independencia de lechos y que permitiera movilidad libre entre los cónyuges para evitar incomodidades y perjudicar el descanso de ambos. Los somieres articulados deberían erigirse como la mejor opción. Invertir en camas articuladas podría resolver muchos problemas maritales.
Las personas sanas, que duermen en pareja y que disfrutan del momento de paz diario que proporciona la intimidad de un dormitorio, ya sea para leer o para conversar, podrían encontrar, en los somieres articulados, eléctricos o no, esa flexibilidad para hacer cualquier cosa, como incorporarse, corregir la postura a su criterio o, simplemente, adaptar el colchón a sus circunstancias.
La ergonomía de las camas articuladas consigue la total independencia del movimiento para que las personas que las usan puedan descansar profundamente, sin tener que escoger camas separadas y sin sentir la agitación del otro durante la noche. Ventajas físicas que influyen en la calidad del sueño.
Los individuos de mayor edad serían el grupo objetivo para este tipo de producto, puesto que sus necesidades se multiplican. Debería tratarse entonces de una recomendación médica o una prescripción facultativa, como pasa en ocasiones tras un accidente, una operación incapacitante o la pérdida de movilidad.
En cuanto a la libertad de movimientos, las ventajas son innegables: poder mantener las piernas a una altura mayor que el tronco, para favorecer la circulación de retorno, es un pequeño ejemplo para considerar su compra en la época estival.
Los ancianos, en ocasiones, deben permanecer encamados durante períodos más o menos largos de tiempo, y es en ese momento en el que los somieres articulados se hacen esenciales. Es importante aliviar tensiones posturales, cambiar los apoyos con asiduidad y facilitar la movilidad de las articulaciones, beneficios inherentes de las camas articuladas que las hacen muy necesarias para poder mantener en casa cuidados casi profesionales.
La mejora es apreciable ya en las primeras horas, porque para las personas enfermas o impedidas, son muchos los factores que hay que considerar a la hora de proporcionarles una buena calidad de vida. La aparición de llagas, entre otras dolencias molestas pero habituales, expone al paciente a posibles infecciones, además del dolor añadido, y son de curación lenta.
Si los casos se agudizan, deberíamos pensar en camas articuladas tipo hospitalario o camas de hospital, que incorporan carros elevadores, barandillas, incorporadores y otro tipo de ayudas técnicas, que harán aún más confortable su estancia en cama. El conjunto se completaría con el uso de un colchón antiescaras de aire, que alivia y previene las temidas úlceras por presión o UPP.
El bastidor soporta las láminas (de madera o metal) y las zonas de articulación pueden variar de un modelo a otro. Para evitar desplazamientos del colchón, llevan incorporadas una portería de sujeción. El mando permite controlar el movimiento y existen motores casi inaudibles.
Finalmente, las camas articuladas o camas ergonómicas, están unidas a connotaciones antiestéticas y relacionadas con hospitales, pero nada más lejos de la realidad. Los beneficios de tener un somier articulado en casa son tantos que los fabricantes se han volcado en el diseño de nuevos productos, una gran gama para todos los gustos, con acabados en madera, modernos y actuales.
