Si tienes dudas a la hora de decidirte a comprar una cama articulada manual o eléctrica, este artículo seguro que te interesa.
Hoy en día, las camas articuladas se han revelado como unos recursos fundamentales para las personas que han de pasar largo tiempo descansando, tanto en su casa como en los hospitales. Estos equipamientos, por otro lado, se ofertan en dos formatos principales: camas articuladas manuales y camas articuladas eléctricas.
A grandes rasgos, estas camas forman parte de determinados tratamientos que implican la necesidad de que el paciente se recupere o evite ciertos movimientos que podrían ser perjudiciales. En algunos casos, se requiere estar encamado de manera prácticamente permanente. Las camas articuladas, por lo tanto, han sido especialmente diseñadas para los pacientes de los centros médicos y las personas con movilidad reducida, como los discapacitados físicos y ancianos. Por ello, están también muy presentes en las residencias geriátricas.
Estos equipamientos resultan imprescindibles para garantizar la calidad de vida de quienes han de estar durante horas en las camas y no solo para dormir. Asimismo, los cuidadores se benefician de mayores facilidades a la hora de realizar algunas maniobras, como, por ejemplo, las relativas a servir la comida o efectuar la limpieza. Es viable, por tanto, posicionar la cama en el plano oportuno, el más ergonómico, para realizar estas funciones.
La articulación de las camas permite que su posición sea ajustable a las necesidades de su usuario. En este sentido, es posible adaptarlas a diferentes grados de inclinación, lo que tendrá efectos positivos en la salud del encamado.
Por citar algunos ejemplos, en esta línea, unas posturas correctas pueden evitar el reflujo gástrico y la acidez, aliviar el dolor de espalda, contribuir al descanso de las piernas… A largo plazo, incluso, se notará una mejoría en las constantes cardíacas del usuario.
Camas articuladas: ¿manuales o eléctricas?
Las camas articuladas manuales, por su parte, pueden tener 3 o 4 planos y las hay con articulación por husillo o cremalleras. Por lo que respecta a las camas articuladas eléctricas, hay que destacar unas mejores prestaciones en ergonomía y funcionalidad. Su articulación, de hecho, puede llegar a comprender 4 o 5 planos.
Las camas articuladas eléctricas, llevan un pequeño motor incorporado, el cual permite unos movimientos más sencillos y prácticos, tanto para los cuidadores como para las personas con movilidad reducida. En todo caso, los esfuerzos que han de realizar para lograr la posición deseada son mínimos y permiten a quienes las usan una mayor autonomía e independencia, lo cual hace que se a nivel emocional se sienta mejor.
Por estos motivos, las camas articuladas eléctricas son las más demandadas y cuentan con unas prestaciones superiores a las manuales. De hecho, sus usuarios pueden escoger con facilidad las posiciones de los pies y del tronco. Estas elecciones, además, resultan más sencillas gracias a los mecanismos de accionamiento sofisticados, tales como los mandos a distancia. No en vano, estos equipamientos pueden venir acompañados de otros accesorios para hacer más cómoda y segura la vida de las personas con movilidad reducida, como los dispositivos de alarma, barandillas, mesas altas para facilitarles el gesto diario de alimentarse, etc.
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