Sufrir las molestias de las úlceras por presión, UPP o escaras, es uno de los riesgos de pacientes encamados por largo tiempo.
Tener una movilidad reducida o estar encamado puede tener diversas repercusiones en la salud de una persona. El hecho de verse obligado a estar mucho tiempo en una misma posición hace que la circulación se reduzca, especialmente en aquellos puntos donde la piel está más cerca del hueso y existe una compresión. Esta circunstancia puede dar lugar a las llamadas úlceras por presión (UPP), también conocidas como escaras.
¿En qué consisten las úlceras por presión?
Son lesiones localizadas en la piel y/o los tejidos que la rodean. Están causadas por una mala circulación sanguínea que impide que las células de la zona reciban el suficiente aporte de nutrientes y oxígeno.
Sus causas pueden ser variadas, pero los casos más habituales son los de personas con movilidad reducida, que se ven obligadas a utilizar una silla de ruedas o a pasar muchas horas en cama. Ello es debido a la presión excesiva en el tiempo a la que se someten determinados puntos del cuerpo, mientras éste se mantiene inmóvil.
A estas circunstancias, se le añade un control inadecuado de la humedad del paciente por parte de los cuidadores, cuyo origen está en la incontinencia, el exceso de sudoración y un mal secado de la piel del paciente tras su higiene. Esta excesiva humedad mengua la resistencia de la piel predisponiéndola a la erosión y ulceración.
Grados de las úlceras por presión.
Según su gravedad, las UPP o escaras, presentan cuatro grados o estadios:
- Estadio 1: la piel se conserva íntegra aunque eritematosa y al ejercer presión sobre ella no se blanquea.
- Estadio 2: se presenta una úlcera superficial en forma de abrasión, tanto de epidermis como de dermis.
- Estadio 3: la piel empieza a perder grosor y el tejido subcutáneo y los músculos comienzan a verse también afectados.
- Estadio 4: el grosor de la piel va siendo cada vez menor y quedan afectados también los tendones hasta llegar al hueso.
Prevención de las UPP
Las úlceras por presión son fácilmente evitables en la gran mayoría de los casos, pero los cuidados deben ser constantes. Para ello bastará con mantener la piel del paciente lo más limpia y seca posible como control de la humedad, realizar frecuentes cambios de posición, evitar que la ropa de cama tenga arrugas y usar apósitos específicos hidrocelulares en las zonas donde se note que existe mayor presión.
Otra forma de prevenir de forma efectiva la aparición de este tipo de úlceras es el uso de camas articuladas que permitirán al paciente cambiar los puntos de presión mediante la variación de los ángulos de inclinación sobre los que está recostado. Dentro de las camas articuladas las hay manuales y eléctricas. Puedes descubrir las diferencias en el artículo Camas articuladas manuales o camas articuladas eléctricas.
También son de gran utilidad los colchones antiescaras. Estos funcionan mediante la inyección eléctrica de aire en diversas celdas o compartimentos, los cuales se van alternando periódicamente para que las zonas de más presión de la persona encamada vayan rotando. Si quieres saber más sobre su funcionamiento y características, quizás te interese seguir leyendo el artículo: Colchones antiescaras: qué son y para qué se utilizan.